Bueno, aquí estoy. Finalmente vuestras “sugerencias” (ya sea por vía subliminal, liminal o supraliminal) han dado sus frutos y he acabado haciéndome un blog.
Para aquellos que no me conozcan, empezaré esta anécdota como todas las buenas historias que se precien: por el principio.
Hace más de tres meses, una amiga de la universidad se abrió un blog para reflejar las vivencias y pensamientos de su nueva situación académico-laboral, después de cerrar otra etapa académico-laboral en el extranjero, que se produjo tras otra etapa académico-laboral muy fructífera, en cuanto a anécdotas y posts se refiere. A lo tonto, me he plantado en enero de 2008…
Hagamos un flashforward y detengámonos unos diez meses más adelante, una noche en la que el futuro de EE.UU. se decidía a golpe de papeleta y chapas electorales. En aquel momento, otro acontecimiento marcaba la historia de la humanidad con el nacimiento del blog de otra amiga, compañera de mesa en el trabajo y socia desde que un notario lo firmó así. Sin saberlo (de hecho, sin saber nada), empezó a llenar huecos muertos de tardes aburridas de un puñado de lectores internautas.
Pero como a mí nunca me gustó especialmente el frío, vayamos hasta las calurosas temperaturas de agosto de este año, donde comenzó a germinar el blog de otra amiga, compañera de mesa en el trabajo (en el lado contrario) y socia desde que un notario lo firmó así. Desde entonces, de ocho a ocho y media, esperamos; de ocho y media a nueve, trabajamos un poquito; y de nueve a ocho de la mañana del día siguiente, actualizamos el navegador página para leer qué se cuece en las redes sociales.
Desde entonces hasta ahora, los meses y los posts fueron pasando.
Pero, hace unos tres o cuatro días, comenzó una campaña para arrastrarme a las redes de los blogs, posts, links y demás anglicismos. Al estilo Obama con su “Yes, we can”, había un lema que resumía el objetivo de su misión: “Hazte un blog”.
Y, como habréis deducido, acabé cediendo…
¿Qué vais a encontrar aquí? Ay, hija, si yo lo supiera… No soy lista, ni rica, ni guapa. No tengo una vida interesante, ni tengo grandes pensamientos, ni digo frases dignas de recordar. Y, por si fuera poco, el tiempo libre y el humor inteligente no abundan en mi vida cotidiana. Supongo que encontraré algo sobre lo que hablar. Pero no digáis que no os lo advertí…
Para cerrar este primer post, quería dirigirme a las jefas de esta campaña bloggera. Ya sea por no tener que volver a escucharos con la misma cantinela, por la confianza que habéis depositado en mí, porque estáis a punto de sobrepasar la línea entre “ser persistentes” y “ser pesadas” o porque disfruto con vuestras palabras en la Red, os dedico esta entrada. Va por ustedes.
¡¡Me ha encancantado Irene!! Sobre todo la presentación de cada una de nosotras!
ResponderEliminarPor cierto, ¡Bienvenida!
Ahora me surge una inquietud... ¿Y si me dedicara a insistir a la gente...?
¡Gracias maja! Y gracias también por los tres enlaces que me has puesto. Tú no te preocupes, que buscaremos un lema nuevo. Por ejemplo "Irene, actualiza el blog" cuando lleves una semana de total dejadez :P
ResponderEliminarBienvenida a la blogosfera!
ResponderEliminarGRACIAS POR ESTA CALUROSA BIENVENIDA DIGITAL :-)
ResponderEliminarComo ya he dicho, espero no defraudaros y sí entreteneros, sobre todo por el tiempo que habéis invertido (y temo que podáis seguir invirtiendo) en hacer campaña para que postee.
Hacía tiempo que no leía escribir bien la palabra cantinela. Me quito el sombrero.
ResponderEliminar¡Me ha encantado tu carta de presentación! ¡¡¡Eres tu peor crítica!!! Y como eso no puede continuar, aquí estoy yo para cambiarlo. :P
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