miércoles, 6 de enero de 2010

Otro año más... ilusión

Sin duda, lo que más me gusta de las Navidades es la víspera de Reyes. Me encanta ver la cabalgata. La gente me pregunta: “¿Vas a la del centro de Madrid?”. “No- respondo orgullosa-, voy a la de mi barrio”. Es menos majestuosa que la que prepara el Ayuntamiento de Madrid pero, al menos, la puedo ver sin aglomeraciones y tirarme en plancha sin problemas a coger todos los caramelos promocionales que pueda, aunque luego no me coma más que uno.

Es fantástico ver la cara de los niños bajando la calle, ilusionados por ver a los Reyes Magos. Disfruto mucho viéndoles corretear entre los coches, mientras esperan a que aparezcan a lo lejos las primeras luces de las carrozas. Es increíble ver cómo niños y adultos (¡y abuelos!) se lanzan a coger los caramelos que lanzan, con más o menos mala leche, los pajes (y “pajas”, para que veáis que no utilizo un lenguaje sexista) a la gente que les saluda desde las aceras. Entre ellos, una servidora, que sonríe como una tonta, olvidando sus 24 primaveras. Sin olvidar a mi abuela, tan niña como los que juguetean por allí, que se ríe cada vez que le ponemos un puñado de caramelos en el regazo, como si fuera ella misma la que los hubiera cogido. Con una escena como ésta, ¿quién no repetiría un año tras otro la cabalgata de Reyes?

Y, al día siguiente, zapatos bajo el árbol, cajas envueltas en papel de regalo del ‘Todo a 0,60’ y la misma ilusión que cuando era pequeña por abrirlos. A esta sorpresa, se añade una de las ventajas de ser mayor: ver una sonrisa en la cara de tus padres y de tu hermana por los regalos que tú les has hecho. De hecho, ahora me gusta más el día de Reyes porque lo que me traen siempre es una sorpresa y no algo que les haya pedido en la carta a Sus Majestades. Ya no es cuestión de tener tal o cual juguete que, por la forma de la caja, puedo deducir antes de abrirlo. Ahora hay más emoción hasta el último momento de cogerlo y quitarle el envoltorio.

En ese sentido, tengo que reconocer que mis padres se han superado. Después de aquel año que nos regalaron un cepillo de dientes eléctrico, pensaba que no podría haber nada más inusual. Hasta hoy…



Aún así, me encantan las sorpresas y, por supuesto, el día de Reyes.

¡FELICES REYES A TOD@S!

3 comentarios:

  1. Jujuju. De todas formas, podías haber hecho la foto en un escenario bastante mejor: entre la figura de buda y tu nuevo belén.

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  2. Sesión de cine en casa ya, eso hay que estrenarlo :P

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  3. ¡Qué buena la palomitera! No lo había visto ni en las películas americanas.
    Sí, esto puede con el cepillo eléctrico ;-)

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