A los pocos días de estrenar el año nuevo, Antena 3 empezó a dejar caer un anuncio del estreno de la nueva temporada de Los Simpsons, con motivo del vigésimo cumpleaños de la familia de Springfield y de la cadena privada española. Eso sí, sin dar muchos detalles de cuándo sería ‘La noche Simpsons’, para crear un poquito de expectación.
Con cuentagotas, emitieron una selección de los 40 mejores capítulos (al parecer, elegidos según rankings internacionales), de lunes a viernes, y uno de la temporada anterior durante los fines de semana. Aunque reconozco que esto es sólo una manera elegante de aprovechar el tirón del estreno reponiendo episodios que ya hemos visto unas 17 veces de media, una servidora se los ha vuelto a tragar si tenía posibilidad de estar en casa a esa hora sagrada: las 14.00 horas. Y si no, la repetición en Antena Neox por la noche.
Porque la que escribe es otra fan de ‘Los Simpsons’ como otros tantos que hay repartidos por el mundo. Y como buena seguidora de la serie, no me pierdo ningún capítulo, ni siquiera los repetidos, a pesar de que mi madre siempre pregunta: ‘¿Pero éste no lo habéis visto ya?’. A lo que siempre contestamos mi hermana y yo, con sorna: ‘Sí, pero aún no nos sabemos todos los diálogos de memoria’. Aunque, en realidad, siempre repetimos las conversaciones de los personajes, con las mismas palabras y la misma entonación.
Dados mis antecedentes, entenderéis mi interés por ‘La noche Simpsons’. ¿Capítulos NUEVOS, que no se han repetido NUNCA antes en Antena 3, con tramas que DESCONOZCO por completo y diálogos INÉDITOS para mis oídos? Estaba expectante por ver esos episodios pero también algo recelosa: siempre te suelen colar tres antiguos y uno nuevo. A todo esto, hay que añadir la campaña publicitaria de Antena 3, con un concurso que nunca llegué a encontrar en su página web y la incesante repetición del anuncio de ‘La noche Simpsons’ sin indicar el día ni la hora.
Cuando consideraron que ya habían mantenido en vilo a los fans el tiempo suficiente, publicaron la fecha: miércoles 20 de enero, a las 22.15 horas. El horario en prime time lo entiendo pero ponerlo justo en el medio de la semana no lo llego a comprender. Tampoco me pasé mucho tiempo intentando averiguarlo: era más importante usar mi cerebro para no olvidarme de verlo y/o grabarlo. Mi hermana puso una alarma en el móvil para acordarse. Yo preferí confiar en mis neuronas, aunque no suelen trabajar mucho ni bien.
Finalmente, el Día llegó y no me hizo falta ningún recordatorio. Preparé una cinta por si acaso algún dedo descuidado de mis progenitores pulsaba el botón del canal equivocado. Comprobé la hora en el teletexto. Me tragué todos los anuncios que emitieron después de la serie ‘Padres’ por si empezaba antes de tiempo. Y, cuando sonaron los primeros acordes de la sintonía, se hizo el silencio en el salón.
La nueva cabecera es fantástica (ya la había visto por Internet, pero poderlo hacer en la televisión era un lujo). El primer capítulo fue un poco soso para mi gusto, pero hay que reconocer que los dibujos ganan muchísimo con la emisión en HD (los colores están mucho más definidos, las líneas más marcadas e incluso se aprecian las sombras).
El siguiente (es posible que mi memoria falle en cuanto al orden de emisión, pero no en cuanto a mis impresiones) era uno de los ganchos de la nueva temporada: el desnudo de Marge Simpsons. La justificación fue recurrente (el típico calendario con mujeres desnudas para recaudar fondos) y las imágenes en sí fueron bastante descafeínadas (podían haber jugado con el recurso de la insinuación, como ya lo hicieron en la película) pero… me gustan los finales felices.
El tercero me engancho por los guiños a series como ‘Sensación de vivir’, las alusiones a Hannah Montana (en la serie, Alaska Nebraska) y el cameo de Bardem, en su papel de ‘No es país para viejos’. Y, como siempre, moraleja al final.
Y el último fue muy bueno, en la misma línea de otros en los que se cuenta historias populares o de personajes famosos, pero encarnados en personajes de Springfield. Contaba con la baza de la sorpresa, pues era la primera vez que Maggie hablaba (más de una palabra) y en español (ya lo había visto en inglés, en Internet). En ese sentido, hubiera preferido otro doblaje, más acorde con la edad del personaje. En cuanto al contenido, fue profundo, pero me hubiera gustado algo más chocante o, si no, una explicación de por qué no había hablado antes.
La guinda al pastel la puso un reportaje sobre la influencia de Los Simpsons en España. Bueno, preciso: la guinda fue amarga y el reportaje estaba excesivamente preparado. ¿No pudieron buscar a famosos a los que realmente les guste esta serie, para que hablaran de su personaje favorito o de cómo les gusta ver los episodios? ¿No pudieron disimular un poco que las respuestas se las acababan de estudiar los entrevistados? ¿No pudieron mejorar un poco el sonido para que no se notase tanto que Susana Griso no estaba presente en el momento de hacer las preguntas? Y, sobre todo, ¿era necesario comparar el Watergate con este pseudo-reportaje? Esa afirmación, querida Susana, es exagerada hasta para mí, que soy una periodista amante de Los Simpsons. Gracias a Dios, estas entrevistas se emitieron después de los episodios y pude apagar la televisión en cuanto me cansé de ellas.
Con todas estas críticas y alabanzas a una de las series que más tiempo ha permanecido en antena en la historia de la televisión, sólo puedo invitaros a que disfrutéis de ella todos los días, a las 14.00 horas. Y, si no, por las tardes, en Neox.
Con cuentagotas, emitieron una selección de los 40 mejores capítulos (al parecer, elegidos según rankings internacionales), de lunes a viernes, y uno de la temporada anterior durante los fines de semana. Aunque reconozco que esto es sólo una manera elegante de aprovechar el tirón del estreno reponiendo episodios que ya hemos visto unas 17 veces de media, una servidora se los ha vuelto a tragar si tenía posibilidad de estar en casa a esa hora sagrada: las 14.00 horas. Y si no, la repetición en Antena Neox por la noche.
Porque la que escribe es otra fan de ‘Los Simpsons’ como otros tantos que hay repartidos por el mundo. Y como buena seguidora de la serie, no me pierdo ningún capítulo, ni siquiera los repetidos, a pesar de que mi madre siempre pregunta: ‘¿Pero éste no lo habéis visto ya?’. A lo que siempre contestamos mi hermana y yo, con sorna: ‘Sí, pero aún no nos sabemos todos los diálogos de memoria’. Aunque, en realidad, siempre repetimos las conversaciones de los personajes, con las mismas palabras y la misma entonación.
Dados mis antecedentes, entenderéis mi interés por ‘La noche Simpsons’. ¿Capítulos NUEVOS, que no se han repetido NUNCA antes en Antena 3, con tramas que DESCONOZCO por completo y diálogos INÉDITOS para mis oídos? Estaba expectante por ver esos episodios pero también algo recelosa: siempre te suelen colar tres antiguos y uno nuevo. A todo esto, hay que añadir la campaña publicitaria de Antena 3, con un concurso que nunca llegué a encontrar en su página web y la incesante repetición del anuncio de ‘La noche Simpsons’ sin indicar el día ni la hora.
Cuando consideraron que ya habían mantenido en vilo a los fans el tiempo suficiente, publicaron la fecha: miércoles 20 de enero, a las 22.15 horas. El horario en prime time lo entiendo pero ponerlo justo en el medio de la semana no lo llego a comprender. Tampoco me pasé mucho tiempo intentando averiguarlo: era más importante usar mi cerebro para no olvidarme de verlo y/o grabarlo. Mi hermana puso una alarma en el móvil para acordarse. Yo preferí confiar en mis neuronas, aunque no suelen trabajar mucho ni bien.
Finalmente, el Día llegó y no me hizo falta ningún recordatorio. Preparé una cinta por si acaso algún dedo descuidado de mis progenitores pulsaba el botón del canal equivocado. Comprobé la hora en el teletexto. Me tragué todos los anuncios que emitieron después de la serie ‘Padres’ por si empezaba antes de tiempo. Y, cuando sonaron los primeros acordes de la sintonía, se hizo el silencio en el salón.
La nueva cabecera es fantástica (ya la había visto por Internet, pero poderlo hacer en la televisión era un lujo). El primer capítulo fue un poco soso para mi gusto, pero hay que reconocer que los dibujos ganan muchísimo con la emisión en HD (los colores están mucho más definidos, las líneas más marcadas e incluso se aprecian las sombras).
El siguiente (es posible que mi memoria falle en cuanto al orden de emisión, pero no en cuanto a mis impresiones) era uno de los ganchos de la nueva temporada: el desnudo de Marge Simpsons. La justificación fue recurrente (el típico calendario con mujeres desnudas para recaudar fondos) y las imágenes en sí fueron bastante descafeínadas (podían haber jugado con el recurso de la insinuación, como ya lo hicieron en la película) pero… me gustan los finales felices.
El tercero me engancho por los guiños a series como ‘Sensación de vivir’, las alusiones a Hannah Montana (en la serie, Alaska Nebraska) y el cameo de Bardem, en su papel de ‘No es país para viejos’. Y, como siempre, moraleja al final.
Y el último fue muy bueno, en la misma línea de otros en los que se cuenta historias populares o de personajes famosos, pero encarnados en personajes de Springfield. Contaba con la baza de la sorpresa, pues era la primera vez que Maggie hablaba (más de una palabra) y en español (ya lo había visto en inglés, en Internet). En ese sentido, hubiera preferido otro doblaje, más acorde con la edad del personaje. En cuanto al contenido, fue profundo, pero me hubiera gustado algo más chocante o, si no, una explicación de por qué no había hablado antes.
La guinda al pastel la puso un reportaje sobre la influencia de Los Simpsons en España. Bueno, preciso: la guinda fue amarga y el reportaje estaba excesivamente preparado. ¿No pudieron buscar a famosos a los que realmente les guste esta serie, para que hablaran de su personaje favorito o de cómo les gusta ver los episodios? ¿No pudieron disimular un poco que las respuestas se las acababan de estudiar los entrevistados? ¿No pudieron mejorar un poco el sonido para que no se notase tanto que Susana Griso no estaba presente en el momento de hacer las preguntas? Y, sobre todo, ¿era necesario comparar el Watergate con este pseudo-reportaje? Esa afirmación, querida Susana, es exagerada hasta para mí, que soy una periodista amante de Los Simpsons. Gracias a Dios, estas entrevistas se emitieron después de los episodios y pude apagar la televisión en cuanto me cansé de ellas.
Con todas estas críticas y alabanzas a una de las series que más tiempo ha permanecido en antena en la historia de la televisión, sólo puedo invitaros a que disfrutéis de ella todos los días, a las 14.00 horas. Y, si no, por las tardes, en Neox.